sábado, 5 de septiembre de 2009

Todo está dando vueltas


Hay una primera vuelta a la realidad y, a partir de ella, el resto se deja fluir:


Después de escapar hasta el final del mundo, la tortuga recuperó su caparazón. Creo que lo encontró en el mar de Ushuaia, allá entre la isla de los cormonares y el faro Les Éclaireurs, aunque en realidad pudo haberlo hecho en cualquier momento de ese viaje necesario.


No sabe muy bien con qué ratos quedarse, pero el caso es que se vuelve a gusto de esa tierra y con ganas de regresar y con la certeza de que la pisará muy pronto, aunque tal vez eso nunca suceda. Y lo sabe, pero qué más da, le importa la sensación.


Al venir no llega realmente, sino que se escapa a una isla, se aprovecha del caparazón, de la luz de ese faro lejano, y se permite el lujo de no ver nada, de quedarse quieta, de desconectar. Se cierra por vacaciones.


Pero todo está dando vueltas y con la concha nueva a la espalda va a volver al mismo sitio del que partió hace unos meses. Las obras se reanudan y ahora está escarbando entre los escombros ganas diferentes para construirse su nueva casa.